Nació en 1983 como un lugar para la música rock. Martyn, su propietario, quiso abrir un sitio donde el rock pudiera sonar como él quería, duro. Sudor, calor, frías bebidas y buena música, es la propuesta de Martyns, un clásico entre los establecimientos nocturnos de la ciudad.
La casa de dos pisos está decorada como un pub inglés, luces rojas y muebles metálicos negros permiten sentarse a disfrutar la esencia del rock. La del jueves es una noche especial porque el bar se llena con amantes del rock comercial, que buscan escucharen vivo a la banda de planta: Martyns Band.